La música y la canción han sido desde siempre una gran herramienta para la reivindicación y la libre expresión, cosa que tenía muy clara el protagonista de nuestra historia de hoy. Era mayo de 1968, en plena dictadura franquista, cuando la Facultad de Económicas (ahora la de Geografía e Historia) de CIU se transformó en un multitudinario concierto del cantautor del movimiento de la “Nova Cançó”, Raimon. Nacido en Xátiva en 1940, Raimon significó la primera expresión popular de la canción en catalán, un idioma duramente castigado y reprimido por el régimen franquista. Su actuación en la Universidad de Madrid aquel 18 de mayo de 1968 se hizo muy conocida por su carácter simbólico, y se convertiría en un emblema de la lucha del movimiento estudiantil contra el franquismo. Fueron los delegados de cultura del Sindicato Democrático de Estudiantes Universitarios de Madrid (SDEUM), Arturo Mora y Marta Bizcarrondo los que contactaron personalmente con Raimon y le propusieron la actuación. En aquellos tiempos las universidades eran los únicos centros que no necesitaban autorización gubernamental para organizar actos culturales, y no tuvieron ningún impedimento para obtener el consentimiento del delegado de la facultad. El día del recital, las entradas al vestíbulo estaban completamente colapsadas por una masa ingente de estudiantes, se dice que entraron unos 6.000, sentados en el suelo, en los pasillos, en las escaleras del edificio… rodearon a Raimon, acompañado por nada más que una silla, su guitarra, y, evidentemente, el apoyo incondicional de aquellas miles de personas. El cantautor de Xátiva se emocionó por tal recibimiento, y regaló a los estudiantes una de sus actuaciones más significativas, con canciones reivindicativas, todas y cada una de ellas vitoreadas por un fiel y comprometido público que gritaba “¡Libertad, libertad!” al unísono. Al finalizar el concierto, una parte de los estudiantes emprendieron una marcha hacia el centro de Madrid, que fue interrumpida bruscamente por decenas de coches de policía armada, tres camiones cisterna y unos cuarenta policías en caballos que se interpusieron en su camino. Alrededor de cien jóvenes fueron detenidos, y muchos más, golpeados y empapados. “No creemos en las pistolas”, uno de los emblemas de Raimon, parecía prolongar su eco en las mentes de los manifestantes. Todo comenzaba a bullir. Pese a las cargas y los palos, el futuro, la democracia, parecía más cercano. Hoy podemos rememorar estos hechos gracias a la labor de reporteros y fotógrafos como Juan Santiso. Comprometido con el movimiento estudiantil por la democracia, inmortalizó en unas instantáneas mágicas los momentos más impactantes del recital de Raimon, entre otros momentos clave de la historia de la lucha por la libertad durante los años de dictadura en España. ENG: Music and song have always been a great tool for vindication and free expression, something that the protagonist of today’s story was very clear about. It was May 1968, in the midst of Franco's dictatorship, when the Faculty of Economics (now the Faculty of Geography and History) of CIU was transformed into a multitudinous concert of the singer and songwriter Raimon. He was one of the greatest exponents of the cultural movement in catalan language called “Nova Cançó”. His performance in Madrid that may of 1968 became well known for its symbolic meaning, and would become an emblem of the fight of the student movement against Francoism. It was two young people of the student organization called SDEUM, Arturo Mora and Marta Bizcarrondo who contacted Raimon personally to propose him the performance. On the day of the recital, the entrances to the lobby were completely collapsed by a huge mass of students, it is said that it was about 6,000. They surrounded Raimon, accompanied by nothing but a chair, his guitar, and, obviously, the unconditional support of those thousands of people. The singer-songwriter of Xátiva was moved by such a reception, and gave the students one of his most significant performances, with protest songs, each and every one of them cheered by a faithful and committed audience that shouted "Freedom, freedom!" in unison. Today we can remember these events thanks to the work of reporters and photographers like Juan Santiso. Committed to the student movement for democracy, he immortalized in magical snapshots the most shocking moments of Raimon's recital, among other key moments in the history of the struggle for freedom during the years of dictatorship in Spain.
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Un domingo de agosto de 1948, amaneció como un golpe de suerte para Manuel Lamana y Nicolás Sánchez-Albornoz, presos en Cuelgamuros. Un antropólogo español llamado Paco Benet ideó un plan mientras estudiaba en París para rescatar a Manuel Amit, anarquista, y Juan Manuel Díaz Caneja, pintor, también presos forzados en Cuelgamuros. Sin embargo, Caneja fue trasladado a otra cárcel y Amit no se fiaba del plan, que consistiría en el rescate en coche con la ayuda de dos jóvenes americanas, Barbara Probst Salomon y Barbara Mailer, alentadas por Benet para desplazar a los fugitivos por toda España y llegar a su destino final: Francia. El cambio de planes resultó en la huida con las americanas de Manuel y Nicolás aprovechando para escapar un domingo en el que las horas de los recuentos se prolongaban. Desde El Escorial tomaron rumbo a Barcelona, encontrándose con Paco Benet y en este momento las chicas prosiguieron su viaje solas, mientras que los estudiantes tuvieron que cruzar los Pirineos a pie. Los acompañaron durante semanas una multitud de obstáculos: lluvia, desorientación, hambre y el tobillo roto de Nicolás. Aunque a pesar de todo ello, su persistencia y su lucha, les guió a la libertad, a París. Las pintadas como reflejo de la resistencia antifranquista perduraron durante días, ya que los servicios que trataban de eliminarlas por la noche no lograban encontrarlas. Cuando resurgieron por el día, intentaron quitarlas picando la pared para borrar el nitrato, pero con ello consiguieron que la inscripción quedara cincelada en la piedra. Así persistieron hasta el año 2017, en el que la Facultad de Filosofía y Filología fue declarada BIC durante el Gobierno de Cristina Cifuentes y se eliminó de forma definitiva lo que quedaba del acto de 1947. Justificaron su acción aclarando que las trazas de las pintadas contra la represión del régimen dictatorial franquista podrían causar un “efecto llamada”, eliminando así un hecho histórico, una efemérides, de aquellos estudiantes que lucharon por la libertad, de una resistencia ejemplar, mientras se dejan intactas las huellas que siguen ensalzando la dictadura en esta misma facultad, como ocurre con la placa conmemorativa que recuerda que el edificio «fue reconstruido e inaugurado siendo Jefe del Estado su excelencia el Generalísimo Franco...». EN: An August Sunday in 1948 started as a lucky day for Manuel Lamana and Nicolás Sánchez-Albornoz, Cuelgamuros’ prisioners. A Spanish anthropologist named Paco Benet came up with a plan while studying in Paris to rescue Manuel Amit, an anarchist, and Juan Manuel Díaz Caneja, a painter, also prisoners in Cuelgamuros. However, Caneja was transfered to another prison and Amit did not trust the plan, which consisted in the rescue by car helped by two young American women, Barbara Probst Salomon and Barbara Mailer, both encouraged by Benet to guide the fugitives throughout Spain and reach their final destination: France. The change of planes led to Manuel and Nicolás running away with the Americans. From El Escorial they went to Barcelona, where they met Paco Benet and at this point the girls continued their journey alone while the students crossed the Pyrenees on foot. A multitude of obstacles travelled along with them for weeks: rain, disorientation, hunger and Nicolás's broken ankle. Despite all this, their persistence and their struggle led them to freedom, to Paris. The graffiti, a remnant of the anti-Francoism resistance lasted for days since the operators that tried to clean it couldn’t find it at night. When the graffiti became visible in the daylight, they tried to remove it by chipping at the wall, but they ended up chiselling the inscription into the stone instead. The graffiti remained this way until 2017, when the Faculty of Philosophy and Philology was declared BIC under the government of Cristina Cifuentes and what remained of the 1947 act was permanently removed. They justified their action by clarifying that the traces of the graffiti against the repression of Franco's dictatorial regime could cause a "call effect" thus eliminating a historical event, an ephemeris, of those students who fought for freedom, traces of a praiseworthy resistance, while leaving intact the ones that continue to extol the dictatorship in this same faculty, which is manifested with the commemorative plaque that recalls the building "was rebuilt and inaugurated with His Excellency Generalissimo Franco as Head of State...". Tras la Guerra Civil se evidencia la intención del régimen franquista de “refundar” la Universidad adaptándola a sus objetivos ideológicos, optando por la reconstrucción material y académica de la que fue denominada “Universidad de Madrid”. Se recuperaron los Colegios Mayores, concebidos por el gobierno franquista como encuadramiento estudiantil, sin embargo en ellos comenzó a desarrollarse gran actividad estudiantil que derivaría con los años en focos de resistencia al régimen. Ciudad Universitaria guarda muchas historias sobre la resistencia estudiantil durante la represión de la dictadura franquista. Se reconocen las primeras reivindicaciones estudiantiles contra el franquismo a partir de los años 50, aunque años antes ocurrió un hecho sorprendente y poco conocido: la fuga de Cuelgamuros, hoy Valle de los Caídos, protagonizada por dos estudiantes en 1948 – Nicolás Sánchez-Albornoz, 21 años, y Manuel Lamana, 25 años. Nicolás y Manuel pertenecían a la Federación Universitaria Escolar (FUE), una organización estudiantil clandestina que repartía propaganda diaria, reclutaba compañeros y se ocupaba de contactar con otras universidades y juventudes de partidos clandestinos. Fue el germen de la resistencia antifascista. Se exponían diariamente a graves peligros, ya que tanto los ojos del Sindicato Español Universitario (SEU) bajo la jefatura de José María del Moral Pérez de Zayas, como las autoridades policiales de la dictadura, buscaban a los responsables de toda acción clandestina. Sin embargo, a pesar de los peligros, las convicciones políticas de los jóvenes estudiantes superaban su miedo a ser descubiertos. Una noche de invierno de 1947 e impulsados por un plan de la FUE, un grupo de estudiantes compuesto por Pablo Pintado de la Riba, estudiante de arquitectura, Mercedes Vega, de químicas, y Albina Pérez, de Letras, pintaron en el ábside de la entonces Facultad de Filosofía y Letras (actual Facultad de Filosofía y Filología) algunas de las inscripciones más duraderas del antifranquismo. Las realizaron con nitrato de plata, producto empleado en el revelado de fotografías, de forma que durante la noche estarían ocultas y cuando saliera el sol, este revelaría su contenido. En ellas se podía leer «Lorca», «Machado», «Viva FUE» y «¡Viva la Universidad libre!». La acción se atribuyó durante años a nuestros protagonistas, quedando retratada incluso en una película de Fernando Colomo, Los años bárbaros (1998), pero casi 70 años después, Nicolás declaró que ninguno de los dos participó en la pintada. Poco importó ya que este acto fue el detonante que derivó en la detención de 14 miembros del FUE durante las vacaciones de Semana Santa. A pesar de no ser ellos los responsables, la acción acabó con la paciencia del régimen franquista y decidieron crear precedente. Manuel Lamana ya había estado detenido en anteriores ocasiones por panfletos y otras acciones, y Nicolás Sánchez-Albornoz era el hijo de una figura muy llamativa, el presidente de la Republica en el exilio, Claudio Sánchez-Albornoz. Por lo que el régimen decidió que ambos recibieran un castigo ejemplar, condenándolos a seis años de prisión, acabando tras la cárcel de Alcalá de Henares y de Carabanchel, realizando trabajos forzados en Cuelgamuros. Sin embargo, gracias a ayuda proveniente de Francia, no llegarían a cumplir su condena... EN: After the Spanish Civil War, Franco regime’s purpose to “re-establish” the University, adapting it to its ideological objectives, opting for the structural and academic reconstruction of what was called the “University of Madrid”. University Residences (Colegios Mayores) were rehabilitated, conceived by the Francoist government as a student framework; however, great student activism began to develop there, leading throughout the years in focal points of resistance to the regime.
Ciudad Universitaria shelters many stories about the student resistance during Franco dictatorship’s repression. The first student claims against the dictatorship have been acknowledged from de 1950’s, although years before a surprising and not well-known event took place: the scape from Cuelgamuros, (Valle de los Caídos), carried out by two students in 1948 – Nicolás Sánchez-Albornoz, 21 years old, and Manuel Lamana, 25 years old. Nicolás and Manuel were associated to the University School Federation (FUE), a clandestine student organization that distributed daily propaganda, recruited classmates and tried contacting other universities and youth from clandestine parties. It entailed the grounds of the anti-fascist resistance. They were exposed to serious dangers daily, since both the Spanish University Union (SEU) under the leadership of José María del Moral Pérez de Zayas, and the police authorities of the dictatorship, were looking for those responsible for any clandestine activity. Even so, despite the dangers, the political convictions of the young students outweighed their fear of being discovered. A winter night in 1947, driven by a FUE plan, a group of students formed by Pablo Pintado de la Riba, an architecture student, Mercedes Vega, a chemistry student, and Albina Pérez, a Literature student, painted in the apse of the Faculty of Philosophy and Letters (current UCM’s Faculty of Philosophy and Philology) one of the longest lasting inscriptions of anti-Francoism. They were made with silver nitrate, a product used to develop photographs, so that they would be hidden at night and revealed with the sunlight. The inscriptions read «Lorca», «Machado», «Viva FUE» (Long live FUE) and «¡Viva la Universidad libre!» (Long live the free University!). The action was attributed for years to our protagonists, who even were portrayed in a film by Fernando Colomo, The Stolen Years (1998). Even though, almost 70 years later, Nicolás declared that neither of them participated in the graffiti, but this act was the trigger that led to the arrest of 14 members of the FUE during the Easter holidays. Despite the fact that they were not responsible, Franco’s regime decided to create a precedent. Manuel Lamana had already been arrested on previous occasions and Nicolás Sánchez-Albornoz was the son of a very striking figure, the President of the Republic in exile, Claudio Sánchez-Albornoz. This led the regime to its decision: both would receive an exemplary punishment, sentencing them to six years in prison and ending up performing forced labour in Cuelgamuros. However, thanks to help from some people in France, they would not get to serve their sentence... El proyecto urbanístico de Ciudad Universitaria se redactó en 1928 por un equipo de arquitectos e ingenieros coordinado por el arquitecto Modesto López Otero. ¡ESTA DECIDIDO! CIU se construirá en un solar que anteriormente pertenecía a la Corona, pero que, en 1866, paso a ser del Estado, que acabó cediéndolo al Ministerio de Instrucción pública y Bellas Artes. Este proyecto tenía muy presente los espacios verdes: López Otero defendió un modelo arquitectónico alejado de la teatralidad, donde se uniera la naturaleza con la edificación, donde estudiantes y profesores pudieran respirar aire puro y pudieran descansar tranquilamente envueltos en vegetación. Así, Otero visualizaba una especie de ‘universidad jardín’ y que además estuviera alejada de la urbanización, la cual no podría invadir dicho espacio gracias al cinturón verde que actuaría como barrera. Este proyecto no terminó en papel mojado. Hoy en día la Ciudad Universitaria nos encontramos rodeados de plazas y espacios verdes; incluso, en la página de la Universidad Complutense de Madrid, existe una guía de alquiler de espacios con una categoría exclusiva denominada “Exteriores” (Universidad Complutense de Madrid, 2022a). Así, los jardines y plazas son espacios que se pueden reservar y realizar eventos de todo tipo. De esta manera, existe una interacción constante entre la comunidad de Ciudad Universitaria y sus paisajes, lo cual refleja un valor utilitario y social de estos espacios en su conjunto. No obstante, existe una tendencia que nos va afectando lentamente, la cual consiste en la creciente pérdida del conocimiento de una biodiversidad que se encuentra constantemente en nuestra vida cotidiana, ya sea en los recorridos que hacemos para movernos por la ciudad, o en nuestros hogares y trabajos (Celis-Diez et al., 2017). A partir de esto, es importante la recuperación del valor cultural y recreativo de la naturaleza, de estos paisajes y resultados de la interacción entre el ser humano y su entorno (Aguiló, 2015). En el corazón de Ciudad Universitaria se encuentra la Plaza de Ramón y Cajal, contenedora de la escultura denominada Los Portadores de la Antorcha. La escultura dialoga con un paisaje particular, repleto de un patrimonio vegetal que interactúa con las construcciones de sus alrededores, como las facultades de áreas científicas, Farmacia, Medicina, Enfermería y Odontología (Garrido García, 2017). Así, se vuelve un constante lugar de reunión entre los estudiantes, especialmente de aquellas disciplinas. Asimismo, este espacio constituye un gran referente para la realización de actividades y celebraciones al aire libre; lo cual es permitido gracias a su central ubicación al costado del Metro Ciudad Universitaria, cercanía a los estacionamientos y sus amplios espacios verdes (Universidad Complutense de Madrid, 2022b). Respecto a la biodiversidad encontrada en la Plaza de Ramón y Cajal, Garrido García (2017), en su guía Principales árboles y arbustos en la Universidad Complutense. Parques y Jardines vol. I, nos entrega un provechoso mapa del espacio junto con sus principales elementos naturales de interés: Como se puede observar en las figuras, dentro de las principales especies botánicas que constituyen la plaza es posible encontrar una gran diversidad, dónde destacan los cedros, los ciruelos silvestres, y los castaños de indias. Respecto a los cedros o cedrus atlántica de la plaza (número 2 en el mapa), es posible rastrear sus orígenes a los comienzos del campus, sus primeros años (Garrido García, 2017). Asimismo, destacan los ciruelos o prunus cerasifera (número 1 en el mapa), ya que se encuentran enmarcando la plaza, específicamente las cuatro áreas de pasto; y, rodeándolas, están los castaños de indias o aesculus hippocastanum (número 11 en el mapa). Por último, se destacan las tuyas o thuja orientalis (número 13 en el mapa), encontrándose en el centro de la Plaza de Ramón y Cajal, rodean su icónica estatua. Es así como la flora va segmentando y conformando este importante espacio en Ciudad Universitaria, siendo no solo relevante desde ámbito educativo, sino social. Así, la plaza y su fauna poseen un gran potencial y agencia como actor en la tarea de la divulgación de la biodiversidad y su protección (Garrido García, 2017). ENG: The urban project for Ciudad Universitaria was drawn up in 1928 by a team of architects and engineers coordinated by the architect Modesto López Otero. IT IS ALREADY DECIDED! CIU will be built on a site that previously belonged to the Crown, but which, in 1866, became part of the State, which ended up ceding it to the Ministry of Public Instruction and Fine Arts.
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Autores/asBlog de las y los estudiantes del Máster Interuniversitario El Patrimonio Cultural en el Siglo XXI: Gestión e Investigación (UCM y UPM)
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