7/1/2023 0 Comentarios EL PATRIMONIO BIBLIOGRÁFICO DE LA COMPLUTENSE DURANTE LA GUERRA CIVIL O CÓMO LOS LIBROS PASARON A SALVAR VIDAS #EFMÉRIDESCIULa biblioteca de la Universidad Complutense cuenta con una de las mejores colecciones del mundo llena de azarosas historias, hoy os contamos una de ellas. La biblioteca estaba formada por unos 150.000 libros de los cuales aproximadamente 50.000 libros databan de los siglos XV al XVIII. Por un lado, la biblioteca de Filosofía y Letras era la heredera de los Reales Estudios de San Isidro, creados por Carlos III en el siglo XVIII para la educación de los nobles de la corte madrileña. Esta biblioteca fue abierta al público en el siglo XVIII siendo una de las bibliotecas más importante de Madrid en aquella época. Se encontraba en la calle Toledo hasta que en 1934 se trasladó al recién inaugurado edificio de Ciudad Universitaria. La biblioteca de derecho era la heredera de la Antigua Universidad de Alcalá de Henares formada por el Cardenal Cisneros en el siglo XVI, una de sus mayores preocupaciones fue crear una biblioteca que pudiera servir para elaborar una Biblia Políglota y para cumplir con su objetivo adquirió importantes códices medievales. Además de los códices, había incunables de gran valor. Los incunables son los libros nacidos en el primer siglo de la imprenta. Ambas colecciones fueron trasladadas en 1936 al nuevo edificio de la Facultad de Filosofía y Letras ya que tenía unas condiciones de seguridad mayores que otras facultades, y estos tesoros que se encontraban custodiados en depósitos en el centro de Madrid corrían el riesgo de ser dañados por las revueltas estudiantiles que comenzaban a producirse. Lo que nadie sabía es que la guerra civil llegaría a la recién inaugurada Ciudad Universitaria, y en concreto, una de las batallas más duras se libraría en la Facultad de Filosofía y Letras. Fue en esta facultad donde llegaron por primera vez los brigadistas internacionales para defenderla del ataque sublevado. Fue una dura batalla la que se libró en este edificio luchando planta por planta, habitación por habitación, y la cuestión era vida o muerte. Por lo que, ante la falta de sacos de arena, los soldados se defendieron formando parapetos con los libros, y así fue como los libros pasaron a salvarles la vida. De estos hechos nos han llegado testimonios de los brigadistas internacionales, como un brigadista inglés, Bernard Knox, que nos relata: “Las barricadas estaban hechas con libros de la biblioteca; cogimos los más grandes y voluminosos que pudimos encontrar…. Más tarde descubrimos, después de escuchar los impactos de las balas en los libros, que el grado de penetración de las balas llegaba aproximadamente hasta la página 350; desde entonces me incliné a creer, como nunca lo había hecho antes, aquellas historias de soldados cuyas vidas habían sido salvadas por una Biblia que llevaban en el bolsillo de su chaqueta...” (Bernard Knox, “Premature Anti-Fascist”. Abraham Lincoln Brigade Archives, Bill Susman Lecture Series. King Juan Carlos I of Spain Center, New York University, 1998. http://www.alba-valb.org/lectures/1998_knox_bernard.html) Sin embargo, en este contexto eran muchas las personas preocupadas por el patrimonio bibliográfico. Hubo acciones de salvaguarda en colaboración con militares que ofrecieron su ayuda a bibliotecarios para salvar este valiosísimo tesoro. La primera fue llevada a cabo en marzo de 1937 cuando fueron recuperados la primera tanda de libros y se pidió que los libros se quitaran de todas las ventanas, a cambio, los militares exigían que se sustituyesen con sacos de arena, pero estos no llegaron nunca. Una segunda acción de salvamento fue llevada a cabo en junio-agosto del mismo año, cuando un comandante estuvo dispuesto a facilitar la salida de libros e incluso a administrar el transporte. Así nos lo relata el jefe de los Servicios de Archivo y Bibliotecas en ese momento y el Decano de la facultad. Una última acción fue llevada a cabo entre mayo y septiembre del 38, en esta ocasión, los camiones llegaban cargados con libros, pero mucho de estos ya se encontraban dañados por el paso de la guerra. Por otro lado, las tropas sublevadas, se hicieron pronto con la Escuela de Arquitectura que se había trasladado al nuevo edificio en el año 1935 y también guardaba una de las bibliotecas más ricas de Europa, especializada en arquitectura con más de 18.000 volúmenes, en esta ocasión fue gracias a la insistencia y preocupación del arquitecto y en aquel momento director de la escuela, Modesto López Otero, quien consiguió que se trasladaran los libros a un lugar seguro. Los soldados no solamente usaron estos libros para proteger sus vidas, sino que también se entretuvieron en los tiempos de espera al enemigo leyéndolos, otorgándoles una vía de escape a aquellos duros momentos que estaban pasando. Las hojas del papel, en aquellos momentos valiosísimo para poder escribir cartas a sus familiares también fueron usadas para escribir cartas. De este hecho nos ha llegado un testimonio de una carta que escribió uno de los soldados en una de las hojas preliminares de una obra del siglo XVIII. Fechada en el Frente de Filosofía y Letras el 4 de junio de 1937: Mi querido primo desearia que si al lle // gar esta en tu poder de[s]frutases de un buen estado // de saluz como yo para mi lo deseo. Salud // primo comprendo que dirás que e tardado // bastante en escribirte pero te ago de saber // que no e podido escribirte antes porque no e podido, // que emos estado muy ocupados de manera // que recuerdos para todos tus amigos y // tu recibes el cariño de este que solo es te // quiere y no te olvida y lo es // Frente de Fisolofía y Letras // Batallón de Comuneros // Compañía de Ametralla // dora Madrid // Firma uno, que se mueran // todos los fascistas Salud // (Mercedes Cabello, Marta Torres, “Otro testimonio de la guerra civil en la Biblioteca Complutense: el Batallón de Comuneros de Castilla”, en Pecia Complutense, nº 9, junio de 2008) Desafortunadamente junto con la pérdida de los libros, quienes los custodiaban, los bibliotecarios tampoco se pudieron incorporar a los lugares donde trabajaban por fallecimiento, desaparición o depuración. Como, por ejemplo, el director de la Biblioteca de la Universidad durante todo el periodo de la guerra que fue depurado con cinco años de traslado. Finalmente, algunos de los libros fueron salvados y otros recuperados por medio de la restauración, pero otros, tal como se puede ver en las fotografías han sido conservados con las huellas del paso de una guerra en recuerdo de este trágico episodio de la historia de Ciudad Universitaria, y la historia de España. La pérdida de este patrimonio es incalculable ya que se han perdido ejemplares que no solo suponen una gran perdida para el patrimonio bibliográfico español, sino también para el de todo el mundo, ya que se perdió algún ejemplar único en el mundo como un libro de Andrés Li Repertorio de los tiempos de 1495 o una Biblia latina visigótica del siglo XI con bellas ilustraciones miniadas. Eng.- The library of the Complutense University has one of the best collections in the world full of unexpected stories, today we will tell you one of them. The library consisted of about 150,000 books of which approximately 50,000 books dated from the fifteenth to the eighteenth centuries. On the one hand, the library of Philosophy and Letters was the heir to the Royal Studies of San Isidro, created by Charles III in the 18th century for the education of the nobles of the Madrid court. This library was opened to the public in the 18th century and was one of the most important libraries in Madrid at the time. It was located in Calle Toledo until 1934, when it was moved to the recently inaugurated Ciudad Universitaria building. The law library was the heir to the old University of Alcalá de Henares, formed by Cardinal Cisneros in the 16th century. One of his main concerns was to create a library that could be used to create a Polyglot Bible, and to fulfil his objective he acquired important medieval codices. In addition to the codices, there were incunabula of great value. Incunabula are the books born in the first century of printing. Both collections were moved in 1936 to the new building of the Faculty of Philosophy and Letters, as it had better security conditions than other faculties, and these treasures, which were stored in deposits in the centre of Madrid, were at risk of being damaged by the student revolts that were beginning to take place. What no one knew was that the civil war would reach the recently inaugurated University City, and in particular, one of the toughest battles would be fought in the Faculty of Philosophy and Letters. It was in that faculty that the international brigades first arrived to defend it from the rebel attack. It was a tough battle that was fought in this building, floor by floor, room by room, and the question was life or death. Faced with the lack of sandbags, the soldiers defended themselves by forming parapets with books, and that is how the books came to save their lives. Now we can recover testimonies of these events thanks to the international brigaders that came to fight such as an English brigadier, Bernard Knox, who tells us: “Las barricadas estaban hechas con libros de la biblioteca; cogimos los más grandes y voluminosos que pudimos encontrar…. Más tarde descubrimos, después de escuchar los impactos de las balas en los libros, que el grado de penetración de las balas llegaba aproximadamente hasta la página 350; desde entonces me incliné a creer, como nunca lo había hecho antes, aquellas historias de soldados cuyas vidas habían sido salvadas por una Biblia que llevaban en el bolsillo de su chaqueta...” (Bernard Knox, “Premature Anti-Fascist”. Abraham Lincoln Brigade Archives, Bill Susman Lecture Series. King Juan Carlos I of Spain Center, New York University, 1998. http://www.alba-valb.org/lectures/1998_knox_bernard.html) In this context, however, many people were concerned about the bibliographic heritage. There were safeguarding actions in collaboration with the military who offered their help to librarians to save this priceless treasure. The first was carried out in March 1937 when the first batch of books were recovered and it was requested that the books be removed from all the windows, in exchange, the military demanded that they be replaced with sandbags, but these never arrived. A second salvage action was carried out in June-August of the same year, when a commander was willing to facilitate the removal of books and even manage the transport. This is reported by the head of the Archive and Library Services at the time and the Dean of the faculty. A final action was carried out between May and September '38. On this occasion, the trucks arrived loaded with books, but many of them had already been damaged by the war. On the other hand, the rebel troops soon took over the School of Architecture, which had been moved to the new building in 1935 and also housed one of the richest libraries in Europe, specialising in architecture with more than 18,000 volumes. On this occasion it was thanks to the insistence and concern of the architect and at that time director of the school, Modesto López Otero, who managed to get the books moved to a safe place. The soldiers not only used these books to protect their lives, but also entertained themselves while they were waiting for the enemy by reading them, giving them an escape from the hard times they were going through. The sheets of paper, at that time invaluable for writing letters to their families, were also used to write letters. Testimony to this fact has come down to us in the form of a letter written by one of the soldiers on one of the preliminary sheets of an 18th century work. Dated at the Front of Philosophy and Letters on 4 June 1937: Mi querido primo desearia que si al lle // gar esta en tu poder de[s]frutases de un buen estado // de saluz como yo para mi lo deseo. Salud // primo comprendo que dirás que e tardado // bastante en escribirte pero te ago de saber // que no e podido escribirte antes porque no e podido, // que emos estado muy ocupados de manera // que recuerdos para todos tus amigos y // tu recibes el cariño de este que solo es te // quiere y no te olvida y lo es // Frente de Fisolofía y Letras // Batallón de Comuneros // Compañía de Ametralla // dora Madrid // Firma uno, que se mueran // todos los fascistas Salud // (Mercedes Cabello, Marta Torres, “Otro testimonio de la guerra civil en la Biblioteca Complutense: el Batallón de Comuneros de Castilla”, en Pecia Complutense, nº 9, junio de 2008) Unfortunately, along with the loss of the books, the librarians who had custody of them were also unable to return to the places where they worked due to death, disappearance or purge. For example, the director of the University Library during the entire period of the war was purged with a five-year transfer. In the end, some of the books were saved and others recovered through restoration, but others, as can be seen in the photographs, have been preserved with the traces of the passage of a war in memory of this tragic episode in the history of Ciudad Universitaria, and the history of Spain. The loss of this heritage is incalculable, as the copies lost are not only a great loss for the Spanish bibliographic heritage, but also for that of the whole world, as some unique copies have been lost, such as a book by Andrés Li Repertorio de los tiempos from 1495 or a Visigothic Latin Bible from the 11th century with beautiful miniature illustrations. FUENTES: Biblioteca en Guerra (completo), 2009. https://www.youtube.com/watch?v=7twyQ4SqND0. Domingo, Luis Blanco. «Libros como trincheras. El Servicio de Lecturas del Soldado de la Biblioteca de la Universidad de Zaragoza durante la Guerra Civil (1936-1939)». Revista General de Información y Documentación 27, n.o 2 (2017): 433-70. https://doi.org/10.5209/RGID.58212. Domingo, Marta Torres Santo. «La destrucción del patrimonio bibliográfico de la Universidad Complutense de Madrid durante la Guerra Civil (1936–1939)», s. f. ———. «LIBROS QUE SALVAN VIDAS, LIBROS QUE SON SALVADOS»:, s. f. ———. «Los libros de las bibliotecas forman magníficos parapetos», s. f. «La Biblioteca de la Universidad Literaria y de la Universidad Central | Biblioteca Complutense». Accedido 5 de enero de 2023. https://biblioteca.ucm.es/historiabuccentral. FUENTE IMÁGENES: Imágenes de elaboración propia realizadas en la exposición “Malheridos: las huellas del paso del tiempo en los libros” en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla.
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Autores/asBlog de las y los estudiantes del Máster Interuniversitario El Patrimonio Cultural en el Siglo XXI: Gestión e Investigación (UCM y UPM)
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