Nuestra línea de tren, desemboca en la fascinante ciudad románica de Zamora. Dicha ciudad es famosa por su tradicional Semana Santa, cuyo reconocimiento traspasa fronteras, pues la ciudad se convierte en centro de peregrinación y turístico, quintuplicando su población, a pesar de lo cual el silencio lo inunda todo. La Semana Santa es el acontecimiento religioso, cultural, social y turístico más importante de la ciudad de Zamora. La gran participación y el carácter popular así como su rigurosa austeridad, crean un ambiente religioso que alcanza momentos de gran intensidad.
Diecisiete son las cofradías que conforman esta particular fiesta que desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección, convierten las calles de la ciudad en un escenario de la pasión y en un museo vivo. Destacan sobre todo las procesiones del Juramento del Silencio en la Plaza de la Catedral en la tarde del Miércoles Santo. Destaca también la austera y estremecedora procesión de las Capas Pardas la noche del mismo. Imprescindibles también son el canto del "Jerusalem " el Lunes Santo y la procesión del Cristo Yacente con el sobrecogedor canto del Miserere, en la Plaza de Viriato.. Otro de los momentos destacados es la salida del "Cinco de copas" a las 5 de la madrugada del Viernes Santo y la alegría del encuentro a las 12 de la mañana del Domingo de Resurrección. Y por último, una de las más renombradas procesiones es la de los Borrachos, celebrada también en la madrugada del Viernes Santo. Durante esta procesión, se lleva a cabo una representación teatral de la última cena de Cristo, donde los participantes, disfrazados de personajes bíblicos, simulan la embriaguez de los apóstoles, convirtiendo esta procesión en un momento singular de la Semana Santa zamorana, que combina al mismo tiempo religiosidad con la diversión. Esta festividad en 2015 fue declarada BIC de carácter inmaterial, siendo la única en ostentar este título en toda España. Ya que mantiene viejas costumbres, tradiciones y personajes, como "El Barandales" y "El Merlú".
Es por lo tanto, una Semana Santa cargada de momentos musicales únicos, y el silencio,... ese silencio estremecedor que todo lo une y comunica. Por ende, la Semana Santa de Zamora es única, rica en historia, cultura, patrimonio y fe. La historia de esta festividad, se remonta al siglo XII, convirtiéndola en una de las más antiguas y prestigiosas de nuestro país. Esta tradicional fiesta se ha conservado durante siglos, definida por la austeridad, silencio y oración. La antigüedad de sus cofradías se enriquece además con la calidad de sus esculturas. Destacando las tallas y obras de los ilustres escultores Ramón Álvarez y Mariano Benlliure. Asimismo, si no puedes acercarte a esta maravillosa ciudad durante los días religiosos en los que se celebra la Semana Santa, en cualquier momento del año, puedes disfrutar de los pasos de Semana Santa en el museo homónimo de la ciudad, el cual muestra 37 obras de la pasión. No obstante actualmente, este museo ha sido derruido para su nueva construcción, ubicando las obras temporalmente en una carpa en la plaza de Claudio Moyano, para el deleite de los visitantes.
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AutorBlog de las y los estudiantes del Máster Interuniversitario El Patrimonio Cultural en el Siglo XXI: Gestión e Investigación (UCM y UPM)
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