Tras la Guerra Civil se evidencia la intención del régimen franquista de “refundar” la Universidad adaptándola a sus objetivos ideológicos, optando por la reconstrucción material y académica de la que fue denominada “Universidad de Madrid”. Se recuperaron los Colegios Mayores, concebidos por el gobierno franquista como encuadramiento estudiantil, sin embargo en ellos comenzó a desarrollarse gran actividad estudiantil que derivaría con los años en focos de resistencia al régimen. Ciudad Universitaria guarda muchas historias sobre la resistencia estudiantil durante la represión de la dictadura franquista. Se reconocen las primeras reivindicaciones estudiantiles contra el franquismo a partir de los años 50, aunque años antes ocurrió un hecho sorprendente y poco conocido: la fuga de Cuelgamuros, hoy Valle de los Caídos, protagonizada por dos estudiantes en 1948 – Nicolás Sánchez-Albornoz, 21 años, y Manuel Lamana, 25 años. Nicolás y Manuel pertenecían a la Federación Universitaria Escolar (FUE), una organización estudiantil clandestina que repartía propaganda diaria, reclutaba compañeros y se ocupaba de contactar con otras universidades y juventudes de partidos clandestinos. Fue el germen de la resistencia antifascista. Se exponían diariamente a graves peligros, ya que tanto los ojos del Sindicato Español Universitario (SEU) bajo la jefatura de José María del Moral Pérez de Zayas, como las autoridades policiales de la dictadura, buscaban a los responsables de toda acción clandestina. Sin embargo, a pesar de los peligros, las convicciones políticas de los jóvenes estudiantes superaban su miedo a ser descubiertos. Una noche de invierno de 1947 e impulsados por un plan de la FUE, un grupo de estudiantes compuesto por Pablo Pintado de la Riba, estudiante de arquitectura, Mercedes Vega, de químicas, y Albina Pérez, de Letras, pintaron en el ábside de la entonces Facultad de Filosofía y Letras (actual Facultad de Filosofía y Filología) algunas de las inscripciones más duraderas del antifranquismo. Las realizaron con nitrato de plata, producto empleado en el revelado de fotografías, de forma que durante la noche estarían ocultas y cuando saliera el sol, este revelaría su contenido. En ellas se podía leer «Lorca», «Machado», «Viva FUE» y «¡Viva la Universidad libre!». La acción se atribuyó durante años a nuestros protagonistas, quedando retratada incluso en una película de Fernando Colomo, Los años bárbaros (1998), pero casi 70 años después, Nicolás declaró que ninguno de los dos participó en la pintada. Poco importó ya que este acto fue el detonante que derivó en la detención de 14 miembros del FUE durante las vacaciones de Semana Santa. A pesar de no ser ellos los responsables, la acción acabó con la paciencia del régimen franquista y decidieron crear precedente. Manuel Lamana ya había estado detenido en anteriores ocasiones por panfletos y otras acciones, y Nicolás Sánchez-Albornoz era el hijo de una figura muy llamativa, el presidente de la Republica en el exilio, Claudio Sánchez-Albornoz. Por lo que el régimen decidió que ambos recibieran un castigo ejemplar, condenándolos a seis años de prisión, acabando tras la cárcel de Alcalá de Henares y de Carabanchel, realizando trabajos forzados en Cuelgamuros. Sin embargo, gracias a ayuda proveniente de Francia, no llegarían a cumplir su condena... EN: After the Spanish Civil War, Franco regime’s purpose to “re-establish” the University, adapting it to its ideological objectives, opting for the structural and academic reconstruction of what was called the “University of Madrid”. University Residences (Colegios Mayores) were rehabilitated, conceived by the Francoist government as a student framework; however, great student activism began to develop there, leading throughout the years in focal points of resistance to the regime.
Ciudad Universitaria shelters many stories about the student resistance during Franco dictatorship’s repression. The first student claims against the dictatorship have been acknowledged from de 1950’s, although years before a surprising and not well-known event took place: the scape from Cuelgamuros, (Valle de los Caídos), carried out by two students in 1948 – Nicolás Sánchez-Albornoz, 21 years old, and Manuel Lamana, 25 years old. Nicolás and Manuel were associated to the University School Federation (FUE), a clandestine student organization that distributed daily propaganda, recruited classmates and tried contacting other universities and youth from clandestine parties. It entailed the grounds of the anti-fascist resistance. They were exposed to serious dangers daily, since both the Spanish University Union (SEU) under the leadership of José María del Moral Pérez de Zayas, and the police authorities of the dictatorship, were looking for those responsible for any clandestine activity. Even so, despite the dangers, the political convictions of the young students outweighed their fear of being discovered. A winter night in 1947, driven by a FUE plan, a group of students formed by Pablo Pintado de la Riba, an architecture student, Mercedes Vega, a chemistry student, and Albina Pérez, a Literature student, painted in the apse of the Faculty of Philosophy and Letters (current UCM’s Faculty of Philosophy and Philology) one of the longest lasting inscriptions of anti-Francoism. They were made with silver nitrate, a product used to develop photographs, so that they would be hidden at night and revealed with the sunlight. The inscriptions read «Lorca», «Machado», «Viva FUE» (Long live FUE) and «¡Viva la Universidad libre!» (Long live the free University!). The action was attributed for years to our protagonists, who even were portrayed in a film by Fernando Colomo, The Stolen Years (1998). Even though, almost 70 years later, Nicolás declared that neither of them participated in the graffiti, but this act was the trigger that led to the arrest of 14 members of the FUE during the Easter holidays. Despite the fact that they were not responsible, Franco’s regime decided to create a precedent. Manuel Lamana had already been arrested on previous occasions and Nicolás Sánchez-Albornoz was the son of a very striking figure, the President of the Republic in exile, Claudio Sánchez-Albornoz. This led the regime to its decision: both would receive an exemplary punishment, sentencing them to six years in prison and ending up performing forced labour in Cuelgamuros. However, thanks to help from some people in France, they would not get to serve their sentence...
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El proyecto urbanístico de Ciudad Universitaria se redactó en 1928 por un equipo de arquitectos e ingenieros coordinado por el arquitecto Modesto López Otero. ¡ESTA DECIDIDO! CIU se construirá en un solar que anteriormente pertenecía a la Corona, pero que, en 1866, paso a ser del Estado, que acabó cediéndolo al Ministerio de Instrucción pública y Bellas Artes. Este proyecto tenía muy presente los espacios verdes: López Otero defendió un modelo arquitectónico alejado de la teatralidad, donde se uniera la naturaleza con la edificación, donde estudiantes y profesores pudieran respirar aire puro y pudieran descansar tranquilamente envueltos en vegetación. Así, Otero visualizaba una especie de ‘universidad jardín’ y que además estuviera alejada de la urbanización, la cual no podría invadir dicho espacio gracias al cinturón verde que actuaría como barrera. Este proyecto no terminó en papel mojado. Hoy en día la Ciudad Universitaria nos encontramos rodeados de plazas y espacios verdes; incluso, en la página de la Universidad Complutense de Madrid, existe una guía de alquiler de espacios con una categoría exclusiva denominada “Exteriores” (Universidad Complutense de Madrid, 2022a). Así, los jardines y plazas son espacios que se pueden reservar y realizar eventos de todo tipo. De esta manera, existe una interacción constante entre la comunidad de Ciudad Universitaria y sus paisajes, lo cual refleja un valor utilitario y social de estos espacios en su conjunto. No obstante, existe una tendencia que nos va afectando lentamente, la cual consiste en la creciente pérdida del conocimiento de una biodiversidad que se encuentra constantemente en nuestra vida cotidiana, ya sea en los recorridos que hacemos para movernos por la ciudad, o en nuestros hogares y trabajos (Celis-Diez et al., 2017). A partir de esto, es importante la recuperación del valor cultural y recreativo de la naturaleza, de estos paisajes y resultados de la interacción entre el ser humano y su entorno (Aguiló, 2015). En el corazón de Ciudad Universitaria se encuentra la Plaza de Ramón y Cajal, contenedora de la escultura denominada Los Portadores de la Antorcha. La escultura dialoga con un paisaje particular, repleto de un patrimonio vegetal que interactúa con las construcciones de sus alrededores, como las facultades de áreas científicas, Farmacia, Medicina, Enfermería y Odontología (Garrido García, 2017). Así, se vuelve un constante lugar de reunión entre los estudiantes, especialmente de aquellas disciplinas. Asimismo, este espacio constituye un gran referente para la realización de actividades y celebraciones al aire libre; lo cual es permitido gracias a su central ubicación al costado del Metro Ciudad Universitaria, cercanía a los estacionamientos y sus amplios espacios verdes (Universidad Complutense de Madrid, 2022b). Respecto a la biodiversidad encontrada en la Plaza de Ramón y Cajal, Garrido García (2017), en su guía Principales árboles y arbustos en la Universidad Complutense. Parques y Jardines vol. I, nos entrega un provechoso mapa del espacio junto con sus principales elementos naturales de interés: Como se puede observar en las figuras, dentro de las principales especies botánicas que constituyen la plaza es posible encontrar una gran diversidad, dónde destacan los cedros, los ciruelos silvestres, y los castaños de indias. Respecto a los cedros o cedrus atlántica de la plaza (número 2 en el mapa), es posible rastrear sus orígenes a los comienzos del campus, sus primeros años (Garrido García, 2017). Asimismo, destacan los ciruelos o prunus cerasifera (número 1 en el mapa), ya que se encuentran enmarcando la plaza, específicamente las cuatro áreas de pasto; y, rodeándolas, están los castaños de indias o aesculus hippocastanum (número 11 en el mapa). Por último, se destacan las tuyas o thuja orientalis (número 13 en el mapa), encontrándose en el centro de la Plaza de Ramón y Cajal, rodean su icónica estatua. Es así como la flora va segmentando y conformando este importante espacio en Ciudad Universitaria, siendo no solo relevante desde ámbito educativo, sino social. Así, la plaza y su fauna poseen un gran potencial y agencia como actor en la tarea de la divulgación de la biodiversidad y su protección (Garrido García, 2017). ENG: The urban project for Ciudad Universitaria was drawn up in 1928 by a team of architects and engineers coordinated by the architect Modesto López Otero. IT IS ALREADY DECIDED! CIU will be built on a site that previously belonged to the Crown, but which, in 1866, became part of the State, which ended up ceding it to the Ministry of Public Instruction and Fine Arts.
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Autores/asBlog de las y los estudiantes del Máster Interuniversitario El Patrimonio Cultural en el Siglo XXI: Gestión e Investigación (UCM y UPM)
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